Relato 11 # Apocalipsis


- Pero mamá, ¡qué cosas estás diciendo!
- Sé lo que me digo, y no, no pienses que se me ha ido la cabeza. Te digo yo que todo esto del apocalipsis está orquestado. Ese Pedro Sánchez lo tiene todo atado y bien atado...
- Shhhhh, mamá... baja la voz... ya sabes que no se puede hablar mal del líder, ¿qué quieres, que nos lleven presas?... no quisieras saber lo que he oído acerca de la gente que se llevan en los furgones policiales... Ayer sin ir más lejos, Isabel, la enfermera del segundo, estaba comentando la falta de recursos que tienen en el hospital, la incapacidad del gobierno para superar esta crisis - prosigue mientras baja la voz hasta casi un susurro mirando asustada hacia ambos lados, aún a sabiendas, o no, de que nadie la puede escuchar.

- Crisis, crisis, crisis.... mira hija, llevo mucho vivido - reclama la vieja alzando la voz de forma retadora - una guerra han vivido mis huesos siendo chiquilla, una dictadura siendo una mozuela, crisis alimentarias, económicas, sanitarias... esto no es nada nuevo para mí. Y esta panda de fantoches no van a venir aquí a decirme cómo me tengo que comportar, cómo tengo que vivir. .
- Mamá, por favor, calla ya. No son una panda de fantoches, ellos quieren devolvernos la libertad.
- ¿Libertad? ¡Pero qué dices! - clama esta vez ya gritando furiosa- ¿Cómo nos van a devolver la libertad si son ellos nuestros secuestradores?, ¿No te das cuenta hija mía que nos están engañando, no te das cuenta que esto que llamas crisis lo han creado ellos para alzarse con el poder absoluto? - dice en un tono más conciliador. 
- Mamá, cómo que lo han creado ellos... esta crisis, este apocalipsis está originado por los dioses hindúes, ya los sabes. 
- ¡Pero qué dioses hindúes ni que ocho cuartos! - grita la mujer de nuevo enfadada, casi podría decirse que fuera de sí- ¡Si no fuera porque yo misma te vi salir de mis entrañas no diría que fueses hija mía! ¿Dónde están esos dioses hindúes?, te crees todo lo que te cuenta ese líder tuyo, eres un borrego, y a saber cuántos más habrá como tú.
- Mamá, haz el favor de hablar más bajo. A veces me dan ganas de denunciarte... si no fuera porque eres mi madre... ¡mamá! ¿Qué haces? ¡No irás a ponerte a leer!
- ¡Cultura! Hija, se llama cultura. Es una de las mejores medicinas para curarse de esta mierda en la que estamos metidos.
- Mamá, por favor, sabes que está prohibido, ¿Cuántos libros más escondes? Sabes que como te pillen con uno te llevan con el furgón. 
- Y dale con el furgón, que me lleven, ya he vivido bastante, y para vivir así, que no es vivir, mejor que me maten. ¿Cuánto hace que no lees un libro hija?
- No sé, tal vez desde 2020, desde que empezó todo... No me acuerdo bien, tal vez antes.
- Claro, normal, tienes el cerebro reblandecido, así es fácil manipularte. ¿Cuánto hace que no piensas hija? 
- Mamá, qué cosas dices... pienso a cada momento... 
- No, venga, dime la verdad, cuánto tiempo hace que no tomas una decisión por ti misma. 
- Mamá, deja de increparme, todo lo que hago lo decido yo, porque quiero, nadie me dice lo que tengo que hacer, ni cómo tengo que pensar. Mira, son las 20.00 h, vamos al balcón a aplaudir al líder, vamos a agradecerle todo lo que hace por nosotros.
- ¡Qué pena me das hija mía! !Qué pena tú y tantos como tú, qué pena que ya no pienses, qué pena que ya no sueñes, qué pena que no leas ni escribas, qué pena que no tengas vida, qué pena que solo respires!

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