Reto 6 # Relato sin gerundios

Es difícil explicar la sensación de estar arriba, en la cima, sentir como el viento azota fuerte y tener la creencia de ser invencible.
Es difícil explicarlo si no has vivido el primer paso, si no te has puesto nervioso antes de empezar, si las ganas nunca han vencido al sueño.
Atarte bien las botas, ponerte los guantes y ajustarte el gorro. Aunque a mitad del camino todo sobra.
Es complicado cuando una hipoglucemia te dice de golpe que hasta aquí has llegado, que ya no puedes subir más. Y es increíblemente gratificante cuando tu mente dice: "¡Y un carajo! Que en peores plazas hemos toreado, ¡glucosa y arriba!".


Miras a tu alrededor y no escuchas más que las palabras de ánimo de quien te acompaña en el camino, sabes que si caes ellos te levantan.
¿A más altura se vuelve todo más complicado? Para nada. Mientras más arriba más excitación, más ganas de llegar, pero ninguna prisa por hacerlo. Paras a menudo para admirar tu logro, ahí abajo, tan lejano ahora... "Y todo eso lo he subido yo".
Saboreas cada silencio, cada vista, cada paso, cada mirada de complicidad y satisfacción.
Los rayos de sol brillan sobre la nieve y hacen la escena más deslumbrante si cabe.
Es difícil comprender la sensación de este último paso, de haber llegado, de estar arriba. De alcanzar la cima.
Y hay quien me preguntó la noche de antes "¿Por qué hacéis esto?, ¿Qué sentido tiene?".
Igual y esto te ayuda a entenderlo, pero es difícil, muy difícil si nunca lo has vivido.

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